miércoles, 14 de octubre de 2009

LA BATALLA DE LOS LUNES

Redactado por: Nicolás Amaya

Es lunes ya se acercan las cinco de la tarde y debo salir de mi trabajo y dirigirme a la universidad, en el siempre triste, cruel y apretado, transmilenio, que se inunda de gentes de todas las clases sociales y no discrimina a ninguno como si nos quisiera recordar que para morir solo tenemos que estar vivos y que por mucho o poco que tengamos todos somos iguales.
Veo mi improvisado reloj y marca las 5:15 de la tarde, desembarco mi humanidad y mis deseos de salir adelante en la calle 39 y un cigarrillo es mi fiel compañero hasta la tienda de la esquina, donde comparto con algunos amigos e intentamos olvidar las cargas, problemas y adversidades que colman a nuestro existir, intentando muchas veces derribarnos.

El siempre inhumano padre tiempo nos recuerda que ya son las 6 de la tarde y que debemos dirigirnos a nuestra aula,” vemos, taluego, ciao cara de wey” son expresiones de cariño que nos despiden los unos de los otros. En la portería de la universidad parecemos reses al matadero y eso me hace recordar a Chaplin y sus (Tiempos Modernos), luego me adentro en una oscura sala de cómputo, me dirijo al mi rincón habitual, enciendo mi ordenador y veo algunas cosas de mi interés, hasta hay la normalidad es fiel compañera de mi presencia en este recinto.
Son las 6:15pm la impaciencia aclama que debo irme de este lugar, pero la razón me dice que debo aguardar algunos minutos mas al profesor Armando, el cual entra al salón de forma inesperada y comienza con su cátedra, como un amigo mas.

Conocimiento va, conocimiento viene la lluvia de ideas nos transporta a un universo de luces del saber, parece que me encuentro en un hermosos sueño y mis deseos de aprender son mas y mas grandes, pero como no todo es perfecto en esta tierra, con el paso del tiempo ya el malevolo reloj marca las 7:45, mi maestro amigo, de orador e ilustrador, pasa a ser un nefasto enemigo, el cual me tortura con sus comentarios sin final, extensos y redundantes, mi sueño se convierte en una cruel pesadilla y mi cerebro me grita que lo mate a punta de alcohol, pero que huya de este lugar donde la fantasía se convierte en agonía.

Recuerdo a Voltaire quien decía “Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto; porque el espectador lo perdona todo menos el sopor”, eso sentía un letargo impresionante blablablabla, nada interesante, era el ataque de mí contrincante que se sentaba en la palabra como un Luis Fernando Motoa en un largo capitulo de padres e hijos, tictac, tictac, tictac el reloj no avanza son las 7:50 y aun mi doloroso sufrimiento no termina, las ideas ronda mi cabeza e intento repeler los ataques del profe, pensado en otras cosas, (si bien mi novia como la quiero, hay partido el próximo sábado, que tendrá mi madre hoy para la cena), las cosas funcionan los pensamientos en mi cabeza me aleja de mi contrario y comienzo a ganar la batalla, pero momento mi zagas adversario lanza su ultimo ataque y pronuncia ,“la tarea”, nooo, grita mi humanidad casada, no solo física si no también mentalmente por la batalla, la cual a esta altura ya he perdido por que ya son las 8:00pm y la palabra tarea significa 10 minutos mas de lucha, la cual no creo que logre soportar.

8:05pm veo victorioso a mi rival despedirse con una sonrisa en la cara, mi martirio termino y aquel contrincante se convierte de nuevo en el profe vacan, pero me recuerda que el miércoles será nuestra próxima batalla.

3 comentarios:

  1. me gusto mucho su cronica, mas que la de otros, me engancho completamente , y queria terminar de leerla, ademas tiene apartes muy chistosos como escribir sus pensamientos para evitar la charla del profesor, y el echo de plasmar la clase como una batalla sin tregua con el maestro, es muy interesante y comica. buena cronica, de las mejores.

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  2. Está bien, demasiada austera para mi gusto.

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  3. Bien, me gusto la forma como trato la crónica de una manera de batalla,es diferente a las demás, muy creativo.

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